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    Camionetas de gas: autenticidad de la carta de Becker a Rauff

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    ¿Cómo sabemos que es auténtica la “carta de Becker a Rauff”, que describe la existencia y el uso de los camiones de gas?

    Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:

    La carta de Becker a Rauff, documento primario clave sobre la fabricación de los camiones de gas, “no resulta creíble” y “es de origen dudoso”.[1]

    Por ejemplo, Ingrid Weckert, negacionista alemana del Holocausto, alega que una carta tan detallada sobre la existencia y el uso de camiones de gas en los territorios soviéticos ocupados debe ser una falsificación, creada por los Aliados para presentar durante el juicio de los criminales de guerra importantes de 1945/1946 ante el Tribunal Militar Internacional[2].

    Los hechos son:

    La carta de Becker a Rauff no es dudosa ni cuestionable, ni tampoco está falsificada. Los testimonios de August Becker, Walter Rauff y Otto Ohlendorf, los hombres que escribieron la correspondencia, fabricaron los camiones y los usaron para asesinar víctimas, corroboran la autenticidad del documento.

    Los hechos sobre la carta de Becker a Rauff:

    La carta, con fecha de 16 de mayo de 1942, está firmada por August Becker, químico, y está dirigida a Walter Rauff, el responsable del programa de los camiones de gas en Berlín. Rauff había enviado a Becker al frente oriental para que investigara los problemas relacionados con estos vehículos e informara los hallazgos. En la carta, Becker hace referencia a “lugares de ejecución”, a “personas por ejecutar”, a la necesidad de camuflar los camiones [porque los transeúntes habían comenzado a denominarlos “camiones de la muerte”] y a cómo las fugas ponían en peligro la salud de los conductores.[3]

    Weckert busca desacreditar el documento citando la declaración jurada que Rauff prestó ante sus captores estadounidenses en 1945. Allí, Rauff afirmaba que había sido el jefe del departamento que había fabricado los camiones de gas entre febrero y marzo de 1940, y entre mayo y junio de 1942. Sin embargo, también alegaba que, desde marzo de 1940 hasta mayo/junio de 1942 (período durante el cual se fabricaron y se usaron los camiones de gas), estaba asignado a otras tareas, por lo que, a fin de cuentas, no tenía conocimiento alguno ni sobre la fabricación ni sobre el uso de estos equipos. En función de ese documento, Weckert afirma que la carta de Becker debe ser una falsificación: Rauff no había sido el jefe del departamento involucrado en ese entonces.

    Sin embargo, en 1972, Rauff firmó otra declaración jurada ante la embajada alemana de Santiago (Chile) en representación de uno de sus colegas que estaba siendo juzgado en Alemania. Esta vez, Rauff por fin admitió haber sido el jefe de su departamento en el momento del diseño, la fabricación y el uso de los camiones de gas. Además, reconoció haber tenido conocimientos de que los camiones se utilizaban para cometer asesinatos. En sus palabras: “Respecto a la aniquilación de los judíos en Rusia, sé que los camiones de gas se utilizaban con este propósito… Vi dos de estos vehículos estacionados en el patio; me los mostró Pradel [el subordinado de Rauff]… los camiones de gas se utilizaban para ejecutar las sentencias y para asesinar judíos”. Rauff ratificó la veracidad de la carta que recibió de Becker: “… Recibí algo de Becker sobre el uso de los camiones de gas. Yo mismo le había encargado a Becker que me enviara el informe correspondiente”.

    Se debe tener en cuenta el contexto en el que Rauff proporcionó cada declaración jurada. Poco después de la finalización de la guerra, fue capturado por los estadounidenses en Italia, pero se escapó y huyó a Damasco (Siria). Emigró a Ecuador y finalmente se asentó en Chile, donde trabajó como gerente en una fábrica de conserva de cangrejos hasta su muerte en 1984.[4] Como Chile había denegado la extradición de Rauff, a pesar de los pedidos realizados por diversas naciones y personas, en 1972 Rauff se sentía muy libre de decir la verdad: había sido el jefe del departamento responsable de la fabricación de los camiones de gas.

    En función de su testimonio posterior, las críticas que plantea Weckert en cuanto a la autenticidad de la carta de Becker a Rauff no tienen fundamentos.[5]

    El testimonio de Otto Ohlendorf:

    Otto Ohlendorf, el jefe del Einsatzgruppe D, también declaró ante el Tribunal Militar Internacional durante el juicio de los principales criminales de guerra alemanes (1945/1946). Indicó que había recibido los camiones de gas durante la primavera de 1942 para emplearlos en el “asesinato de mujeres y niños”. Relató también que Becker había visitado la unidad para supervisar el uso de los vehículos.

    El testimonio de Ohlendorf corrobora la información incluida en la documentación alemana sobre el diseño de los camiones de gas. Explicó que, si bien los camiones de gas eran iguales por fuera a cualquier otro camión, se habían “construido [de tal manera] que, cuando se ponía en marca el motor, el gas se desviaba hacia el interior, lo que causaba la muerte de los ocupantes en 10 o 15 minutos”.[6]

    Conclusión:

    La carta de Becker a Rauff no es ni una falsificación ni de origen dudoso. Los testimonios de los hombres que diseñaron, fabricaron y usaron los camiones de gas corroboran su autenticidad.

    Otto Ohlendorf. By Photographer: Schwarz; Colors added by Tzo15 [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons.
    Fotógrafo: Schwarz; colores agregados por Tzo15 [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], a través de Wikimedia Commons

    NOTAS

    [1] Ingrid Weckert, “The Gas Vans: A Critical Assessment of the Evidence” (“3.1.4. Summary”) y (“3.1.1. Origin of document PS-501”) en http://www.vho.org/GB/Books/dth/fndwagon.html.

    [2] Ingrid Weckert, “The Gas Vans: A Critical Assessment of the Evidence” (“3.1.4. Summary”) y (“3.1.1. Origin of document PS-501”).

    [3] Se puede leer el texto completo en inglés de la carta de Becker a Rauff en http://holocaustresearchproject.org/einsatz/rauff.html.

    [4] Ingrid Weckert, “The Gas Vans: A Critical Assessment of the Evidence” (“3.2 Affidavits”). Además, Santiago Álvarez y Pierre Marais, The Gas Vans: A Critical Investigation (Barnes Review, 2011), p. 288.

    [5] Se puede leer el texto completo en inglés de la declaración de Rauff de 1972 (p. 12) en http://www.nizkor.org/ftp.cgi/people/r/rauff.walter/Rauff-deposition-translation.

    [6] Se puede leer el texto completo en inglés del testimonio de Ohlendorf sobre el uso de los camiones de gas en el frente oriental (parte 4 de 15) en http://www.nizkor.org/hweb/imt/tgmwc/tgmwc-03/tgmwc-03-26-04.html.